martes, 20 de octubre de 2015

Marcha contra monsanto.


Monsanto es un laboratorio que hace más de 100 años empezó a desarrollar productos con una característica: ser altamente perjudiciales para la salud. Un siglo atrás fabricaba Sacarina para Cocacola, el primer edulcorante cancerígeno, y en la última parte del siglo XX distribuyó con éxito otro edulcorante mortal: el Aspartamo, mediante la marca comercial Nutrasweet.

Especializado en herbicidas, Monsanto fue principal proveedor de Agente Naranja para el ejército norteamericano durante la guerra de Vietnam, junto al laboratorio Dow que le proveía Napalm, el combustible con el que quemaban vivos a adultos y niños. Con Agente Naranja, entre 1961 y 1971, el ejército norteamericano roció indiscriminadamente sobre selva, cultivos y poblaciones civiles, causando hambre, muerte, discapacidad y, hasta hoy, malformaciones a más de un millón de vietnamitas.
Otro producto “exitoso” de Monsanto ha sido la hormona de crecimiento bovino BGH, con su marca comercial Posilac, utilizada para aumentar la producción de las vacas lecheras, afectando severamente la calidad de la leche que, a partir de entonces, se extrajo de ubres enfermas y contaminadas por secreciones y antibióticos.
En la actualidad Monsanto destaca por el desarrollo de semillas genéticamente modificadas, o transgénicas, cuyas últimas versiones son las “Terminator”, generadoras de granos estériles incapaces de volver a germinar, obligando a los agricultores a comprar nuevas semillas cada año, en lugar de guardar y reutilizar las semillas de sus cosechas como lo hicieron durante milenios mientras la semilla fue libre.
La soja de Monsanto es el principal producto del agronegocio. Menos del 5% de la producción se destina a alimentación humana. Más del 95% es destinada para fabricar ración para ganado y agrocombustibles.
Monsanto es el principal proveedor de glifosato bajo la marca comercial Roundup, un poderoso agrotóxico de amplio espectro con el que matan todo ser vivo alrededor de la semilla transgénica desarrollada para resistirlo. Glifosato es uno de los químicos presentes en el agua que corre por la red de OSE y que consumen la mayor parte de las vecinas y los vecinos.
Monsanto es hoy el laboratorio de biotecnología líder en la producción de semillas transgénicas, pesticidas y paquetes tecnológicos para el agronegocio. Pero esta movilización no es sólo contra Monsanto. No es el único. Forman parte de esta perversa corporación genocida las empresas Dow –tristemente célebre por el Napalm ya mencionado-, Syngenta, Cargill, Nidera, Basf, Bayerl, Pioneer y DuPont.
Por supuesto que estos gigantes tienen caras o nombres criollos visibles. Varias empresas se reparten la distribución de semillas transgénicas y paquetes tecnológicos a nivel local. Por ejemplo Barraca Erro, que gracias a este perverso negocio se ha convertido en el segundo mayor exportador de Uruguay, superado sólo por la empresa Conaprole. También lucran con el agronegocio las empresas Agroterra, Agrosan, Agronegocios del Plata, Calagua (Greenfrozen), Macció, EcoEnergy y Garmet, entre otras.
Muchos derivados de productos transgénicos están presentes en “alimentos” que consumimos y damos a nuestros hijos. Estos “alimentos” son adquiridos bajo marcas como Cocacola, Pepsico, Nestlé, Pringles, Hellmans, Knorr, Unilever, Heinz, Kelloggs, Cadbury, Lipton, Quaker, Kraft, Nestúm, entre muchas otras. Son refrescos, snacks, caldos, mayonesa, alimento para bebés, chocolates, polenta, té, cereales, papas, pastas, aceites, jugos, etc., con los que vecinas y vecinos de la región, por ignorancia, solemos envenenar, perdón, “alimentar” a nuestras hijas e hijos que no son resistentes a los agrotóxicos ni a los transgénicos.
Monsanto es corrupción, pérdida de salud en las poblaciones periféricas y las escuelas rurales afectadas por las fumigaciones abusivas, expulsión de la familia del campo, muerte de especies polinizadoras, pérdida de calidad en los alimentos, contaminación grave del agua y pérdida definitiva de fertilidad en la tierra. 



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